domingo, 14 de diciembre de 2008

Domingo 14 de diciembre


Juan. 1,6-8; 19-28

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venia como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. Y éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes a Juan, a que le preguntaran:

- "¿Tú quién eres?"

El dijo: - "Yo no soy el Mesías."

Le preguntaron: - "Entonces ¿eres tú Elías o un profeta?"

El dijo: - "No lo soy."

Y le dijeron: - "Dinos quien eres para que podamos decirlo a las personas que nos han enviado"

Juan contestó:"Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el camino del Señor", como dijo el profeta Isaías."

Entre los enviados había fariseos y le preguntaron:

- "Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Enviado de Dios, ni Elías, ni el Profeta?".

Juan les respondió: - "Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia."

Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.

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